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lunes, 21 de junio de 2010

LA FAMILIA: UNA MIRADA DESDE LA BIBLIA



Introducción

 Gracia y Paz de Nuestro Señor Jesucristo para cada uno de ustedes que esta tarde ha continuado con el deseo de conocer y aprender más de las enseñanzas del Señor y de las cosas que nos atañen directamente a nosotros.

En este mes de la Biblia, como grupo ecuménico hemos querido celebrar este Primer Encuentro Ecuménico Regional sobre el tema, La Familia, por considerarse que es una de las temáticas que como iglesia tenemos que dar mucha importancia ya que es, en el seno de la familia, donde se forman o se deforman los seres humanos, es decir; personas que fueron creadas a imagen y semejanza de Dios y  por eso mismo, no somos otra cosa, más que hijos e hijas de Dios.

Esta presentación la he dividido en varios apartados con la finalidad de organizar mejor las ideas.
 

  1. La familia: base fundamental de la sociedad cristiana.

  1. La Biblia fuente de inspiración y fundamentación de y para la familia.

  1. Integración de la familia.                                                                                                            3.1.  tipos de familia de acuerdo a su integración

  1. Rol del estado en la familia
4.1.            La píldora del día después
4.2.            Rol de la Iglesia en relación al estado

  1. Rol de la Iglesia en la familia
5.1.            Actitud propositiva
5.2.            Actitud de apoyo y acompañamiento



Introducción

La familia es la institución más antigua que la humanidad ha creado. La segunda institución es la Iglesia. En este sentido como institución podría decirse que la Iglesia tiene una amplia experiencia en el sentido de ostentar una larga trayectoria diacrónica así como también por ser la institución por la que generaciones y más generaciones han pasado por ella a través de los años.

El origen de la familia lo podemos ubicar en dos fuentes: una de ellas es la Biblia. En ella encontramos diferentes referencias a situaciones familiares existentes en su época, me refiero a 2000 años atrás y de la cual retomaré más adelante. Y la otra es la que nos presenta Federico Engels en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. Escrito en  mayo de 1884, (hace solo 122 años atrás). “Al revisar los manuscritos de Marx, Engels descubrió un guión detallado del libro del científico progresista norteamericano L. H. Morgan, titulado Ancient Society ("La sociedad antigua"). Pero antes que Morgan, ya Carlos Marx había escrito sobre este tema en 1880-1881, en el cual había incluido gran número de notas críticas y opiniones propias, así como de suplementos tomados de otras fuentes.  Engels al escribir su libro, se valió de los escritos realizados por Morgan y los datos de Marx y además agregó datos suplementarios tomados de sus investigaciones en problemas de la historia de Grecia, Roma, la antigua Irlanda, los antiguos germanos, etc.  En este libro Morgan hace la siguiente definición:

"La familia, dice Morgan, es el elemento activo; nunca permanece estacionada, sino que pasa de una forma inferior a una forma superior a medida que la sociedad evoluciona de un grado más bajo a otro más alto. Los sistemas de parentesco, por el contrario, son pasivos; sólo después de largos intervalos registran los progresos hechos por la familia y no sufren una modificación radical sino cuando se ha modificado radicalmente la familia".

Pero como ya señalábamos con anterioridad, antes que Morgan; Marx ya había realizado una elaboración teórica refiriéndose a la familia, dice Marx:

“sucede en general con los sistemas políticos, jurídicos, religiosos y filosóficos". Al paso que la familia sigue viviendo, el sistema de parentesco se osifica; y mientras éste continúa en pie por la fuerza de la costumbre, la familia rebasa su marco”.

Por esa razón, ahora queremos iniciar o continuar la reflexión acerca de la familia, haciendo un breve estudio a partir de sus orígenes, de manera que puedan ser luz para iluminar y entender la situación actual de la familia moderna, según los datos aportados desde la sociología (como lo vimos por la mañana) y lo más importante para nosotros en este evento, la información que nos da la Biblia.  Con esto no pretendemos hacer una extenuante reflexión ya que el tiempo no nos da para eso, pero si me gustaría colocar en esta mesa, algunos elementos bíblicos y teológicos que nos permitan en una segunda parte de esta jornada de la tarde, entrar en un franco diálogo y podamos revisar lo que ha sucedido y lo que está sucediendo con la familia. Es decir con nuestras familias.

Quiero aprovechar la exposición del Profesor Alejandro Cerda de esta mañana y desde esta realidad familiar que nos ha presentado, hacer una reflexión a partir de la Biblia como fuente de guía y de inspiración cristiana para perfilar el modelo de familia[1] para una sociedad moderna, activa y globalizada como lo es la sociedad del siglo XXI.

La Biblia fuente de inspiración y fundamentación de y para la familia.


La Biblia es el libro por excelencia que ha servido y que nos sirve de guía para la vida de todo cristiano/a en nuestra sociedad occidental[2] a través de los siglos. Quiero fundamentar esta exposición en un texto bíblico de la Primera Carta del Apóstol Pablo a los Corintios, cap. 11:2-16. (Leer el texto)

Antes de continuar hablando de la Biblia[3], es importante que  ubiquemos el texto en su contexto en el cual surge, y por qué Pablo redacta una carta en estos términos. La Biblia que ahora conocemos como un solo libro, realmente no surge como tal.  La Biblia al inicio era una serie de pequeños escritos diseminados por toda la región de Israel, Palestina y el Asia Menor (ahora conocido como el Medio Oriente). Debido al surgimiento y proliferación de copias adulteradas y de otros escritos que no revelaban en su esencia el mensaje, la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo se vio la necesidad de hacer una compilación de los libros que a criterio de los entendidos, eran los libros inspirados por el Espíritu de Dios.  Poco a poco se fue realizando una selección de libros con los que en el siglo III y IV se formó el CANON de la Biblia que ahora conocemos[4].  Estos libros a pesar que fueron inspirados por el Espíritu de Dios, fueron escritos por personas como cualquiera de nosotros, personas humanas con sus virtudes y dones; con sus defectos y limitaciones, incluyendo su carga cultural, social, política y religiosa.

Es por esta razón que cuando leemos textos como las cartas paulinas encontramos que el mensaje de Dios está marcado y matizado por una fuerte carga cultural impregnada por el autor.  Recordemos que la Biblia es el mensaje de Dios a un pueblo. A su pueblo elegido,  Israel.  Esto explica la fuerte presencia de normas y costumbres judías, que pernearon el mensaje de Cristo. Así como la cultura judía permeó el mensaje de Jesucristo, también permeó la forma como vivenciar esta experiencia religiosa. Estos rasgos culturales marcaron el cotidiano y lo sagrado de la espiritualidad cristiana desarrollada desde las primeras comunidades cristianas, tanto dentro de Israel como también las comunidades que se desarrollaron en la diáspora.

De la misma manera, cuando pensamos en la familia desde la Biblia, tenemos que pensar en ese tiempo donde “La vida familiar estaba organizada según el modelo "patriarcal", es decir, en ella el centro y el eje de todo lo que se hacía era el "padre de familia". Por ello a la familia se le llamaba habitualmente "la casa del padre"[5].  La familia no se quedo al margen de esta influencia, a tal extremo que las familias cristianas eran identificadas y reconocidas justamente por el apego o el cumplimiento de ciertos patrones preestablecidos por la cultura judía. Tenemos el ejemplo de la carta de Pablo a Tito. Pablo en esta carta desarrolla casi un manual de comportamiento relacionado con la organización de la comunidad, le dice que hacer o como debe actuar en casos específicos. En Ti. 1: 6 encontramos lo siguiente: “Un anciano debe llevar una vida irreprochable. Debe ser esposo de una sola mujer y sus hijos deben ser creyentes y no estar acusados de mala conducta o de ser rebeldes”. En la práctica este ideal del anciano de la comunidad, se traslada también para la familia.

Respondiendo a su cultura, la Biblia nos presenta un modelo “ideal” de familia.  Me refiero al modelo tradicional donde está la presencia de ambos géneros: un padre una madre e hijos, como es el modelo de la familia de Jesús[6].  Pero la Biblia, como mensaje de Buenas Nuevas,  no es excluyente, no margina, no condena a aquellas familias que no cumplen con esta normativa.  La Biblia nos muestra ese modelo pero no lo pone como el único, en detrimento de los demás. Inclusive, es la misma Biblia la que nos muestra la presencia de otros tipos de familias que veremos a continuación.

Otros tipos de familia encontrados en la Biblia


Según lo que dicen los expertos en psicología y sociología, el modelo ideal para el pleno desarrollo bio-psico-social del ser humano, es una familia integrada por los dos géneros, es decir mujer y hombre, siempre y cuando las condiciones y relaciones interpersonales sean las adecuadas[7].  De acuerdo a estos parámetros, este sería el modelo ideal por cuanto no margina ni excluye a ninguno de los géneros. En cuanto a los hijos, crecen con el apoyo y la protección de ambos, aprendiendo y definiendo su vida cotidiana a partir del aprendizaje del rol de cada uno.

Pero la misma Biblia nos muestra clara evidencia de la existencia de otros tipos de familia. Tal es el caso de Rut y Noemí, donde a causa de la muerte de sus maridos,  ambas mujeres viudas pasan a formar una familia. Si revisamos las frases del pacto que hace Rut a Nohemi y luego revisamos las frases del pacto que los contrayentes se hacen en la ceremonia matrimonial, encontraremos que hay una similitud con los votos de fidelidad que se hacen en una unión matrimonial. Rut le dice a Noemí: “No me pidas que te deje y que me separe de ti! Iré a donde tú vayas, y viviré a donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tu mueras, y allí quiero ser enterrada. (Rut 1:16). Esta declaración por parte de Noemí nos demuestra que ellas en adelante vivieron como una familia. 

También tenemos el caso de Lázaro y sus dos hermanas María y Marta (Jn 11:1-16).  A pesar que el relato se desarrolla en un ambiente bien familiar, nunca se mencionan a sus padres y tampoco a algún marido de ellas o a la mujer de Lázaro. Posiblemente los tenía, pero el texto no lo revela quedando para nosotros como un grupo familiar integrado por los tres miembros.

También encontramos otro tipo de familia, cuando sus discípulos le dicen a Jesús, te busca tu madre y tus hermanos” y Jesús responde con la pregunta y ¿quién es mi madre y mis hermanos?. Con esto; el modelo de familia consanguíneo es trasladado a la comunidad. Así surgen lazos afectivos no solo de parentesco por la vía sanguínea sino también por la vía del  amor fraterno. Este es un claro ejemplo de como el mismo Jesús modifica el concepto del “modelo de familia ideal” basado en la consanguinidad del que ya hemos hablado antes.

En la Biblia el amor de Dios para la humanidad se expresa con la imagen de la relación familiar. “La familia es por un lado un fenómeno social concreto de Israel, pero al mismo tiempo un símbolo literario y teológico de la revelación que Dios hace de su propuesta de relaciones humanas, con Él y con el cosmos”. Generalmente hemos aprendido que Adán y Eva fueron la primera pareja creados por Dios a su imagen y semejanza, pero el autor no lo ve tanto como pareja sino a Israel como pueblo y su relación con Dios.  Por esta razón en el AT no existe el término familia, sino que utiliza varios conceptos como Descendencia, Hijo, Linaje, Posteridad, Simiente y el de Casa en un sentido más popular. Es el pueblo el llamado a ser familia y a vivir sus relaciones fraternas como familia.

1. La familia: base fundamental de la sociedad cristiana.


El desarrollo de la familia está directamente vinculada al desarrollo de la sociedad. Los grandes acontecimientos surgidos en la historia han influido y han determinado el desarrollo y el modelo de familia en cada una de las épocas históricas[8]. Los grandes fenómenos sociales no surgen solos y tampoco se dan en lo abstracto. Cada uno de ellos, se da en un contexto determinado y respondiendo a condiciones culturales, sociales, económicas, políticas y hasta religiosas. Así por ejemplo: podemos ver como el descubrimiento de América, no se dio como un caso propiamente fortuito. Al interior de la cultura europea se estaban dando situaciones y acontecimientos que directa e indirectamente influenciaron y propiciaron las condiciones para que se realizara este hecho histórico.  La invención de la Imprenta y la Reforma Protestante en 1517 fueron dos eventos que hicieron que Europa cambiara sus patrones culturales y se abriera a otros horizontes.

En estos tiempos modernos también han surgido y están surgiendo situaciones y acontecimientos que han intervenido directa e indirectamente en la integración de la familia. Uno de ellos es el descubrimiento de la informática y las comunicaciones que nos han colocado en el mundo de la globalización.  La dinámica de la vida en esta era de la modernidad está cambiando los patrones culturales y consecuentemente la evolución del concepto “Familia”.

Con todo lo que hemos reflexionado, hemos visto el papel fundamental de la familia en la vida de la persona. Desde sus orígenes hasta la fecha pasando por todas las épocas y culturas, es en la familia donde tiene lugar la acogida, el perdón, la comprensión, la libertad y la escucha. Es en la familia donde se constituye en anuncio real y la vivencia compartida el Evangelio de Jesucristo. Es por esta razón, que la familia puede llegar a ser verdaderamente, signo real y perceptible de la acción de Dios en el mundo. 

Anteriormente cuando alguien quería saber algo que ignoraba se lo preguntaba al miembro de la familia de mayor confianza o con quien mejor se relacionaba. De esto nos da testimonio la Primera carta a los Cor. 14:34,35[9]. Esto permitía un ambiente de comunicación y de relacionamiento que al final no se limitaba solo a la respuesta de dicha inquietud sino que a partir de eso se desencadenaban otras situaciones, de manera que se establecía una conversación. Algunas veces amena otras no tanto, pero en fin, había un vinculo de interrelación entre los miembros.

Sin embargo hay que decirlo, mucho de esto ha cambiado en nuestros días. Varias de las funciones que antes eran desempañadas por la familia en su conjunto, ahora son sustituidas por la informática por medio de la red de Internet y los medios de comunicación, con sus avances tecnológicos y el uso de  los medios de comunicación personal.

Ahora los vínculos están trastocados. En la actualidad muchos de los vínculos no son entre las personas, esas relaciones ahora se dan con la tecnología.  Si una persona necesita saber alguna cosa, ya no la pregunta al alguien, simplemente va, se conecta a la red de internet y allí encuentra toda una gama de respuestas o de posibles respuestas, en este medio mecanizado en detrimento de las relaciones personales. Con esto no significa que la Biblia está en contra de la tecnología, es simplemente que las personas se han dejado absorber por ella, dejando de lado su relación con Dios, con su familia y con sus semejantes.

A pesar de eso, la familia continúa siendo muy importante y cumpliendo un rol fundamental en la visualización del Reino de Dios.  De hecho hoy, mucho se habla de la crisis de la institución familiar y paradójicamente es la instancia o la institución de todos los tiempos, porque sigue siendo el ambiente que forja a la persona, pero que también cuando esta no cumple adecuadamente con su rol, también la destruye.  Es la familia la que construye o reproduce estilos de relaciones humanas y modelos sociales que determinan el comportamiento de los individuos. Por eso, es también el lugar desde donde se forja la liberación y la salvación de la persona y de las sociedades.

Sin embargo, es urgente la evangelización o la liberación de los diversos aspectos de la familia, pues los criterios, modelos y pautas de comportamiento familiar impuestos y globalizados en la opinión pública por los medios de comunicación, se lanzan desde los intereses de una sociedad fundada en el relativismo posmoderno o en la tiranía de la razón instrumental y autoritaria de la modernidad, que en muchos casos, o hacen imposible el ideal cristiano de familia o crean situaciones hostiles para las familias que intentan vivir dicho ideal.

En nuestra sociedad, lo general no es que las familias sean réplicas del Edén paradisíaco. En ellas existen problemas, crisis, limitaciones de diferentes tipos y vicios. Hay familias heridas, rotas, manchadas, familias cerradas, familias vacías, familias en las que en lugar de calor hay frío, en lugar de alegría hay angustia, familias en las que en lugar del diálogo se impone el grito, y en lugar de amor hay odio, egoísmo y violencia. Todo esto como consecuencia del vacío existente de una educación sobre los valores cristianos en la familia y la falta de autoridad de los padres para cumplir con el rol de formadores de sus hijos.

Integración de la familia


Hemos visto ya, diferentes tipos de integración familiar que podemos encontrar en la Biblia. Pero la Biblia surgió en un momento histórico y en un contexto geográfico determinado. A pesar de eso, vemos que la integración de las familias no es rígido, ni uniforme. A esto agreguémosle, que los cambios sociales van determinando también la dinámica de la constitución de la familia.  En Chile, existe un alto porcentaje de familias que su integración es diferentes al modelo tradicional, es decir integradas por la madre y los hijos; familias integradas por el padre, hijos y abuela; familias integradas por tías y sobrinos, así sucesivamente podemos citar una serie de formas de integración familiar existentes en nuestros días. Por razones de tiempo vamos a revisar solamente las definiciones que hacen de las familias extendida y nuclear, ya que en las mesas de trabajo podremos ampliar aportes sobre otras formas existentes.
Familia Extendida: “Está basada en los vínculos consanguíneos de una gran cantidad de personas incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás. En la residencia donde todos habitan, el hombre más viejo es la autoridad y toma las decisiones importantes de la familia, dando además su apellido y herencia a sus descendientes. La mujer por lo general no realiza labores fuera de la casa o que descuiden la crianza de sus hijos. Al interior del grupo familiar, se cumple con todas las necesidades básicas de sus integrantes, como también la función de educación de los hijos. Los ancianos traspasan su experiencia y sabiduría a los hijos y nietos. Se practica la monogamia, es decir, el hombre tiene sólo una esposa, particularmente en la cultura cristiana occidental”[10].
Familia Nuclear: También llamada "Conyugal", está compuesta por padre, madre e hijos. Los lazos familiares están dados por sangre, por afinidad y por adopción. Habitualmente ambos padres trabajan fuera del hogar. Tanto el hombre como la mujer buscan realizarse como personas integrales. Los ancianos por falta de lugar en la vivienda y tiempo de sus hijos, se derivan a hogares dedicados a su cuidado. El rol educador de la familia se traspasa en parte o totalmente a la escuela o colegio de los niños y la función de entregar valores, actitudes y hábitos no siempre es asumida por los padres por falta de tiempo, por escasez de recursos económicos, por ignorancia y por apatía; siendo los niños y jóvenes en muchos casos, influenciados valóricamente por los amigos, los medios de comunicación y la escuela”[11].
En los tiempos modernos, este concepto tradicional de familia que nos plantea la Biblia, ha sido fuertemente cuestionado. Estos cuestionamientos vienen principalmente de personas o de Familias que no se ven reflejadas con este  modelo conocido.  Esto se puede entender a partir de la dinámica de los pueblos. En la medida que las sociedades evolucionan, las instituciones que la constituyen también lo hacen. Esto nos muestra que la familia como institución ha evolucionado, a tal punto que la integración de sus miembros ha cambiado en una buena parte de los casos. En la sociedad chilena, un buen porcentaje de las familias no responde al modelo tradicional, sino que muchos están integrados por familias ampliadas.

3.1. Sexualidad

Otro aspecto fundamental de la familia es la sexualidad, el que también aparece en el Génesis acentuando su función procreadora, sin dejar de lado la sexualidad como posibilidad de realización personal e íntima en función de una comunidad de amor.  También los profetas nos presentan este aspecto, hablando de la alianza conyugal con un lenguaje casi erótico. Pero ha sido la literatura sapiencial la que más nos enseña la profunda dignidad de la entrega sexual, concretamente en la relación amorosa entre el varón y la mujer, como nos lo presenta el Cantar de los Cantares.  En la literatura sapiencial la fecundidad no aparece como un fin en sí mismo, ni como un bien absoluto y tampoco exclusivo.

En la literatura sapiencial, la procreación no es la prioridad de los enamorados en ese momento, es más el vivir y experimentar en lo palpable su sentimiento de amor. Su preocupación tampoco parece ser la esterilidad como la encontramos en Sara, por ejemplo.  

La literatura sapiencial, específicamente El Cantar de los Cantares, encontramos “un genuino evangelio del amor de pareja, con sus cantos para una boda y diálogos eróticos entre la pareja que abre a la familia a un aspecto fundamental, al descubrimiento de la bondad del mundo, pues desde el amor, que en la unión sexual y en la alianza conyugal marca el corazón humano, nace una nueva manera de ver el mundo y de comprometerse con él, principalmente siendo testigo de la pasión, de la inocencia y de la ternura con que la mujer y el varón se relacionan. El Cantar de los Cantares descubre la divina dignidad del amor, que lo hace abrirse a la familia.

Al estudiar la historia de la humanidad relacionada a la sexualidad puede verse como esta ha sido utilizada y desvirtuada del verdadero significado que Dios le dio al momento de crear la pareja humana. Dios los creó seres sexuados y afectivos. No deja de lado el aspecto de la procreación o de la fecundidad en la familia, lo toca poniendo énfasis en el estilo de relaciones de los miembros.  La procreación viene como frutos del amor. La procreación tiene lugar en un segundo momento.

Una vez más hay que hacer la diferencia entre el mensaje divino para la humanidad y lo que nosotros hemos hecho de este mensaje en vinculación directa con las relaciones humanas. Dios quiere que las personas hagan uso y disfruten de su sexualidad, pero con amor y con responsabilidad.

3.2. Pecado: una realidad contundente en las parejas

Israel fue el primer pueblo que concibió y creyó en un Dios único, en medio de todos los demás pueblos politeístas. Esta concepción monoteísta sirve de fundamento para la formación de la familia a partir de una pareja única formada por un hombre y una mujer quienes se ofrecen y comparten mutuamente su amor como nos lo dice el libro de Cantares.  Esta pareja en la que Dios había puesto sus ilusiones, estaba construida sobre una solidaridad y reciprocidad perfectas. Ambas, tanto la solidaridad y reciprocidad fueron perdidas cuando ellos[12] desobedecen el mandato divino.

 Por eso ahora, ya no es posible dirigirse a los dos como a un solo ser. El modelo de unidad se resquebrajó con la pretensión de uno, o de los dos, de ser su propio criterio de felicidad. El individualismo es una actitud que poco a poco se convierte en egoísmo y si las personas no tienen cuidado luego se convierte en manipulación, instalado en lo más profundo del ser humano, dificultando la apertura y la entrega amorosa hacia el otro y hacia el mundo.

Ante la realidad del pecado que alcanza la familia, Israel formula mandatos entendidos como voluntad divina: “no tomar la mujer de tu prójimo” (Ex 20,14).  No es extraño que la sexualidad, adquiera una tonalidad sombría y se considere impura y malvada. La auténtica intención del sexto mandamiento de la Ley de Dios, (Dt.5:1-21) es proteger el bienestar del matrimonio y consecuentemente de la familia, las relaciones personales de amor y reciprocidad construirán el Israel que será luz de las naciones, el pueblo presencia de Dios en el mundo. Esto recalca una vez más la infidelidad matrimonial o la violación del amor familiar en íntima relación con la infidelidad de Israel a Yavé.

El amor humano y el amor divino son dos realidades íntimamente unidas, que se iluminan y se fomentan, por eso el matrimonio y la familia los hemos considerado como signo claro del amor de Dios, no solo para los cónyuges y sus hijos sino para todo el pueblo.

El sexto mandamiento por mucho tiempo ha sido utilizado para fomentar y justificar la práctica de la castidad y la condenación de la relación sexual fuera del matrimonio. Dicha exigencia solo la podemos entender si la vemos en el marco del amor de Dios. Dios quiere que sus hijos e hijas experimenten y vivan el amor pleno y desinteresado; así como también, que mantengan el respeto recíproco en la familia, desterrando cualquier intento de dominio y manipulación que atenta contra la integridad de la pareja.

  1. Rol del estado en la familia

Sabemos que en materia de educación el estado no está solo. En la educación y formación de la gente existen tres instituciones que comparten esta responsabilidad, ellas son: la Familia, La Iglesia y el Estado.  Cada una de estas instituciones tienen diferentes funciones y atribuciones bien definidas entre sí, sin embargo la responsabilidad de la educación y el velar por el bienestar de los hijos es un eje que no solamente traspasa las tres instituciones sino que además las une.

El rol del Estado es el de elaborar leyes para asegurar el bienestar de la familia de manera que pueda proveer lo necesario a los hijos e hijas.

El rol de la Iglesia es el de enseñar la Palabra de Dios, velar porque los miembros de la familia vivan de acuerdo a los principios y valores del Reino.

El rol de la familia, es el de proveer a las hijas e hijos los elementos básicos necesarios para la sobre vivencia, así como la transmisión y la vivencia de los valores cristianos. 

La sociedad moderna así como tiene sus aspectos positivos, sus adelantos técnicos y científicos, también tiene sus males y sus defectos. Situaciones o enfermedades que antes no existían o que en todo caso no habían sido descubiertas.

    1. La píldora del día después

En los últimos años, ha causado mucha polémica la llamada píldora del día después. Vivimos en una sociedad moderna en la que los valores están  “trastocados”. Queremos pensar que el estado en su intención de dar una respuesta a una situación concreta, real y  alarmante según los datos estadísticos de los últimos años, no ha encontrado otra alternativa que poner una medida curativa para aliviar un mal que ya está presente, una situación que lo tenemos entre nosotros, y esa realidad es el aborto.

La actitud del estado de poner a disposición de la población la píldora del día después, es una medida curativa y paliativa frente a una situación social dada, pero que de ninguna manera representa una verdadera solución al problema. Tampoco significa que sea lo mejor.  Como iglesia, como pastora y como mujer creo, que si bien es cierto que se trata de una medida establecida desde su perspectiva, para evitar un mal mayor, también pienso que todos y cada uno de nosotros, incluyendo los aquí presentes, podemos contribuir para que las consecuencias de esta medida no tenga los resultados que hasta ahora se han pronosticado. No son medidas parciales las que necesitamos.  Queremos medidas más profundas que lleguen a la raíz de los problemas de nuestra sociedad.

Queremos ver en esta medida que no se trata de una medida irresponsable por parte del estado ante una situación tan delicada como es tocar con el destino, con el futuro y con la vida de las personas especialmente de las jóvenes, y cuando hablo de las jóvenes, estoy hablando de nuestras hijas. En el boletín “En Comunidad” de la IELCH , se reconoce – “que la sexualidad humana es un don y gracia de Dios y como tal,  la práctica de la sexualidad es valiosa y debe ser vivenciada en relaciones responsables, recíprocas, informadas, planificadas y cuidadas, de manera de vivirla en plenitud y alegría con la persona amada”.

Como Iglesia estamos preocupados y queremos levantar nuestra voz, pero no para condenar o rechazar, ya no perdamos tiempo en ver lo que están haciendo los demás, para ver si lo que hacen los otros, es bueno o malo; para criticarlo y rechazarlo.   Sino, queremos levantar la voz para advertir, para iluminar, para guiar a las familias por dónde pasa el amor y por dónde se aleja. Queremos gritar a los cuatro vientos, queremos subir al más alto decibel de los micrófonos y audífonos para que escuchen y se comprenda que no es usando la píldora del día después como van a tener una sexualidad segura. La confianza y la seguridad se va a lograr si hacemos las cosas con amor, con prudencia y con responsabilidad.

El Representante de la Iglesia Católica de Chile  en una conferencia de prensa hablaba de la píldora del día antes. Esa es la responsabilidad de la familia en forma directa y también de la iglesia en tanto que es la depositaria de la creación y del fomento de una cultura valórica en la familia.  Esa es la responsabilidad de la Iglesia. Si como familia cumplimos con aplicar a nuestros hijos a nuestros jóvenes la píldora del día antes, (esto lo digo en sentido figurado) porque si los educamos mediante una buena orientación sexual, los formamos en los buenos valores cristianos, con toda seguridad que no van a necesitar la del día después.

No pretendo justificar posiciones, solo quiero advertir que los peligros van más allá de lo que a simple vista podemos ver. Nuestros jóvenes están expuestos a mayores peligros que ni siquiera se curan con la famosa píldora del día después, me refiero a la realidad del VIH-SIDA. En casos como el VIH-SIDA, la píldora del día después ni siquiera funciona. Según estadísticas de CONASIDA para la IV región, tenemos el 5º. Lugar a nivel nacional de incidencia de VIH-SIDA. Algunos datos puntuales para ilustrar nuestra situación, De acuerdo al nivel de escolaridad tenemos el 29.4 en educación básica; el 52.2 en educación Media y el 23.7 en educación superior. Si vemos las cifras por sexo, tenemos que el 22.3 % son mujeres y el 84.8 de hombres. De acuerdo a su opción sexual tenemos un 43.9 de heterosexual y de 41.1 de homosexual[13].

Esto nos muestra que si no hay una prevención basada en la educación y la protección principalmente de nuestra juventud, de más está la píldora del día después que tanta polémica ha desatado entre nosotros. 

    1. Rol de la Iglesia en relación al Estado

La Iglesia y el Estado han sido instituciones que históricamente han caminado juntas.  Unas veces para apoyarse y otras para recriminarse. Ambas cosas son buenas y a veces necesarias, si se hace en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de acuerdo a sus enseñanzas.

Como Iglesia, tenemos la voz profética del mensaje de salvación y la voz profética se anticipa a los acontecimientos. Una Iglesia con voz profética tiene la capacidad de leer las señales de los tiempos para prevenir y prepararse para el momento. Con esto quiero decir que la Iglesia de Jesucristo está llamada a ser una iglesia propositiva y no solo reactiva. Una Iglesia innovadora en su teología, en su liturgia, en su forma de ser iglesia.

El rol de la Iglesia de cara al estado pasa por ser guía, y ofrecer alternativas de acuerdo a la Palabra de Dios, proporcionando alternativas apegadas a los tiempos que estamos viviendo. Apegadas a la realidad cultural de cada sociedad. La Iglesia tiene que ser luz en el lugar donde se encuentra. San Pablo nos da una tremenda lección y una buena luz, cuando en la parte final del texto que leímos refiriéndose a la actuación de las mujeres en el culto en I Cor. 11: 16 dice: En todo caso, debe saber que ni nosotros ni las iglesias de Dios conocemos otra costumbre.  Pablo se refiere a esta forma de vida como una costumbre de su pueblo y por lo tanto él está actuando no de acuerdo al Evangelio, sino de acuerdo a la costumbre de la gente.

La Buena Nueva del Evangelio será nueva en la medida que la Iglesia comprenda y pueda predicar el mensaje de acuerdo a las señales de los tiempos. El Mensaje de Dios siempre es actual y ese es el rol  y el desafío de la Iglesia, actualizar el mensaje divino.

 Rol de la Iglesia en la familia

 El mensaje de Jesús y su propuesta de Iglesia como familia está claramente expresado por Pablo: “No se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús” (Gál 3,28; cf. 1 Cor 11,4-5). Por supuesto que esta expresión está en función de la comunidad eclesial en medio de un mundo marcado por las diferencias y ante la amenaza de un judaísmo que impulsa un modelo familiar basado en la autoridad del poderoso, desde esas circunstancias surge el primer sentido del texto, pero al leerlo desde la perspectiva de la familia no debemos entender una igualdad que elimina las identidades de los miembros, sino que las dignifica y las llama desde sus peculiaridades, a aportar en el plan de la Iglesia, la familia de Dios, donde nadie puede decir al otro: no te necesito, no eres importante, por tu pequeñez, o por la insignificancia de tu aporte.  San Pablo compara la unión matrimonial a la relación entre Cristo y la Iglesia (cf. Ef 5,22-24); Dicha comparación está relacionada con la imagen de la comunión y alianza conyugal entre Yavé y su pueblo. Entre Cristo y la Iglesia, las relaciones son disimétricas, por la naturaleza de sus miembros, Cristo es Dios y la Iglesia está compuesta por hombres, sin embargo, la Iglesia está llamada a ser expresión de esas relaciones e instrumento de salvación. Aún así al pensar en la familia cristiana, imagen de la unión entre Cristo y la Iglesia no hay que pensar que las relaciones entre los miembros de la familia igualmente deben ser disimétricas. Debemos evitar esa interpretación para no reproducir un modelo de familia y de comunidad eclesial organizada en torno a quien detenta el poder. Nuestro aporte estará orientado a crear un modelo con una organización que entiende la autoridad como servicio.

    1. Actitud propositiva

El desafío para la Iglesia en esta sociedad moderna es - ¿cómo ser una iglesia propositiva y  atractiva para la gente?, de manera que no sienta que lo que se hace y se dice es lo mismo que hace 2000 años atrás. El desafío para la Iglesia es -¿cómo hacer actual el Evangelio?-. Sabemos que El Evangelio es actual, que el Evangelio es Buena Nueva, que es noticia y además Buena Noticia, pero como hacer para que la gente lo perciba, lo conozca y lo viva como tal. Pensemos en nosotros, ¿Cómo queremos vivir El Evangelio?.

Existe un principio que data del tiempo de la Reforma Protestante, cuando se habla de una iglesia reformada siempre reformándose, es decir una iglesia en constante cambio, en permanente actualización, una iglesia dinámica que sea capaz de escuchar y de abrirse al acompañamiento de su pueblo.

    1. Actitud de apoyo y acompañamiento

La actitud de apertura que tenga la iglesia frente al mundo, le permitirá renovarse y actualizarse, de manera que sea un apoyo real y un bastón de confianza, de seguridad y de acompañamiento constante para la gente.  Ya no podemos pensar en una iglesia que se quedó enclaustrada en la doctrina de la Edad Antigua o la Edad Media,  Estamos viviendo en tiempos modernos, y la gente quiere escuchar que es lo que la iglesia tiene que decirle ahora.  La gente quiere saber como conducir su vida en estos tiempos tan cambiantes, en donde la globalización lo abarca y lo supera todo con la velocidad del vuelo. La gente quiere saber como encontrarse con Dios, en una sociedad donde aparentemente se tiene todo, cuando realmente lo que se posee es mínimo relacionado con lo que el mercado le ofrece.

Cuanta frustración para las familias. Este modelo neo-liberal que le ofrece desde un micro ship hasta un auto ultimo modelo, una mansión, un yate, o un avión. Todo al alcance de la mano con solo firmar unos papeles o con obtener una tarjeta de crédito.  Esto es lo maquiabélico del sistema. Esta es la trampa perversa del sistema. Dios no quiere que sus hijos caigan en estas trampas. Una familia donde su presupuesto mensual ya está comprometido con anticipación, no es feliz. Una familia que desde que amanece el día está pensando en la forma de cómo pagar sus múltiples o abultadas deudas, tampoco es feliz. Todo esto es pecado, porque no estamos cumpliendo con lo que Dios quiere para nosotros. Dios quiere que sus hijos e hijas vivan felices, en armonía con nuestro hermano y con el medio.[14].

Todos estamos llamados a comprometernos para trabajar en la construcción de un sistema más justo. Un sistema donde se cumpla el deseo de Dios de que seamos sus mayordomos en el cuidado, la conservación y el uso adecuado de los recursos. Dios puso al ser humano como mayordomo de su creación y no como acreedor. Aquí la familia también tiene una gran responsabilidad a los ojos de Dios. ¿Que tipo de familia somos: mayordomos o consumidores?.

  1. Conclusión

La Biblia como libro inspirado por Dios, nos enseña un modelo de familia de acuerdo a las normas del Evangelio de Jesucristo, pero también nos muestra que una sociedad está determinada por diferentes circunstancias que influyen y determinan su estilo de vida y sus instituciones, en este caso la familia. Por lo tanto; cuando propone un tipo de familia como el ideal para la vivencia y la convivencia de sus integrantes, para tener un desarrollo de vida de acuerdo a los objetivos de Dios para sus hijos e hijas, no excluye ni margina a aquellos que por las circunstancias de la vida se integran de otra manera.

La sociedad, como construcción humana no es estática en el tiempo ni en el espacio, la movilidad social que existe a nivel horizontal, vertical y geográfica permite a las personas cambiar de un lugar a otro, y de un puesto a otro. Así mismo, la familia como parte fundamental de la sociedad, también es dinámica, de manera que tanto las familias en su forma concreta como en su concepto abstracto han venido sufriendo cambios en todo este período histórico. Cambios que no son contrarios a la Biblia si estos se dan en el marco del respeto, del amor y de la protección de cada uno de sus miembros.

Han pasado ya unos 2000 años desde que nuestro libro sagrado fue inspirado y escrito por aquellos que con mucho amor y temor de Dios, fueron inspirados para conocer el mensaje de salvación y ponerlo por escrito como herencia divina e intelectual para todas las generaciones venideras. Ahora corresponde a la Iglesia cumplir con su misión. Misión que fue dada por Dios y transmitida hasta nosotros por medio del Evangelio de Jesucristo. Predicar el Evangelio, es llevar las Buenas Noticias a los que lo necesitan, a aquellos que están marginados y oprimidos en la realidad en que viven. El Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo es salvación para todos aquellos que creen que Jesús vino para salvarlos.

Por lo tanto: la Iglesia está llamada a ser sal y luz para el mundo, en este marco yo les invito a que en la próxima jornada, en el debate de las mesas de trabajo, asumamos con amor y con responsabilidad nuestro compromiso de ser luz para estas personas que están buscando ser acogidas por sus hermanos y ser reconciliadas con Dios.


Que el Señor nos ayude. Amén.

  
Preguntas:

¿Cómo es el tipo de familia que nos gustaría tener?
¿Qué podemos hacer como iglesia para lograr ese tipo de familia deseado?
¿Cómo podemos aportar a nivel individual?


Bibliografía

  1. Mifsud, Tony, SJ. Reivindicación Etica de la Sexualidad. San Pablo, Tomo 3,
  2. Concordancia breve de la Biblia, Ed. Vida, Miami, florida. 1964.
  3. Biblia Versión “Dios habla Hoy”.

http://www.familylife.com/hispanic/church/family_manifesto.asp#family

http://filosofia.org/cla/ari/azc03017.htm

http://www.bcn.cl/pags/ecivica/orevhis.htm



Exposición presentada por Pr. Blanca Irma Rodríguez en el I Encuentro Bíblico Regional, celebrado en La Serena, Chile,  el 30 de Septiembre del 2006.


[1] Si es que se puede hablar de un modelo, que también pueden ser los modelos de familia para nuestra actual sociedad.
[2] Se conoce como Occidente al conjunto de los países de Europa y América.  En este sentido, se habla de sociedad occidental u occidente como el conjunto de países en oposición con oriente.
[3] Queremos hacer énfasis en que esta actividad se desarrolla justo en el marco de la celebración del mes de la Biblia.
[4] La Biblia contiene 72 libros contando los no canónicos. Y 66 libros del canon.
[5] José L. Caravias sj.  Matrimonio y familia a la luz de la Bíblia.  p.27.
[6] Recordando que José no era el padre biológico de Jesús, sin embargo asumió la paternidad del Hijo de Dios.
[7] Desde luego que una familia aunque sea integrada por un hombre y una mujer con sus hijos, pero si no tienen una libre y sana convivencia, no es garantía de un ambiente saludable para el desarrollo adecuado de los hijos.
[8] Y no son simples nombres, sino expresión de las ideas que se tiene de lo próximo o lo lejano, de lo igual o lo desigual en el parentesco consanguíneo; ideas que sirven de base a un parentesco completamente elaborado y capaz de expresar muchos centenares de diferentes relaciones de parentesco de un sólo individuo.
[9] “Las mujeres deben guardar silencio en las reuniones de la Iglesia, porque no les está permitido hablar. Deben estar sometidas a sus esposos como manda la ley. Si quieren saber algo, pregúntenlo a sus esposos en casa; porque no está bien que las mujeres hablen en las reuniones de la iglesia”.
[10] http://www.bcn.cl/pags/ecivica/orevhis.htm
[11] http://www.bcn.cl/pags/ecivica/orevhis.htm
[12] Aunque el Texto se refiere a que fue la mujer la que primero pecó, también dice que posteriormente el hombre peca también. En todo caso nos referimos a ellos como especie humana.
[13] Datos obtenidos de CONASIDA para la IV región.
[14] Entendiendo la felicidad, no como la capacidad de adquisición de bienes, sino como el estado de tranquilidad, armonía y paz, libre del estres, como el mal de la modernidad. 



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