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martes, 8 de junio de 2010

JUVENTUD, ES SOLO UN MOMENTO EN LA VIDA

Ecl. 3:1-8

La juventud es un momento fugaz en la vida. En este período muchas cosas se definen en la vida del ser humano. Una juventud sana puede ser la preparación para una senectud tranquila.

También puede suceder lo contrario. Una juventud mal dirigida, mal orientada puede ser la causa de muchas desdichas. No en balde la gente admira y ve con buenos ojos cuando las personas jóvenes utilizan su tiempo en cosas y temas que construyen y edifican al ser humano.

El libro del Eclesiastés muy sabiamente nos recuerda, que en esta vida, por corta que sea, podemos tener tiempo para todo, si vivimos una vida ordenada y organizada. Con esto, la enseñanza no es para que los jóvenes se conviertan en adultos prematuros, la idea de ese pensamiento sapiencial es que los jóvenes aprendan a vivir este momento especial de su vida. Que los jóvenes aprendan a disfrutar lo que posean o dispongan con responsabilidad, creatividad y alegría. En otras palabras, que aprendan a valorar lo que tienen y lo utilicen para alabar a Dios y buscar su propio bienestar en un ambiente sano y saludable.

Dice el Eclesiastés que hay un tiempo para nacer, un momento para morir, un momento para plantar o otro para la corta de lo plantado. Así también, los jóvenes tienen tiempo para crecer, para desarrollarse, para aprender, para reflexionar, para equivocarse y para corregir los errores de una manera sabia y oportuna. Recordemos que Dios nos conoce. El conoce también nuestros tiempos. Dios quiere que vivamos cada momento como si fuera el único, y el último en gracia divina. No hay prisa, por qué acelerar una vida, si para colmo es demasiado corta, si tomamos en cuenta la eternidad que nos queda por delante.

Que vivan el momento, no solo con comodidad y conformismo, sino como el momento especial que Dios le ha proporcionado de manera que lo puedan vivir con plenitud, en la confianza que sea lo que sea y pase lo que pase, ellos se mantienen firmes en la creencia en Dios y la confianza en si mismos. Que lo que están haciendo es para la honra y gloria de Dios y para el beneficio de la comunidad fraterna.

Siempre se nos ha enseñado que la vejez es la edad de la sabiduría. Es verdad. Es la edad en la que todo el cúmulo de conocimientos y experiencias nos ayudan a tener un mejor discernimiento, porque ya tenemos un referente imaginario o práctico donde acudir en el momento necesario. Cumulo que no tendríamos o en el mejor de los casos no sería un buen referente si no cuidamos nuestros pasos.

Dios nos invita a que desde niños, desde cuando estamos en el vientre materno dice que él ya nos conoce. Por eso; permitamos que sea Dios quien nos ayude a orientar nuestros pasos, pongamos al servicio de Dios toda nuestra energía y creatividad juvenil, para que cuando estemos entrando en la vejez, tengamos motivos de adoración y agradecimiento a Dios.


Rev. Blanca Irma Rodríguez.

1 comentario:

  1. Este mensaje va dirigido a los jóvenes, para que aprovechen sus días de juventud, viviendo sanamente y aprendiendo en libertad.
    Si deseas orientación puedes comunicarte y solicitarla por este mismo medio. Que Dios te bendiga.

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