Vistas de página en total

miércoles, 26 de febrero de 2014

EL ESPIRITU DE DIOS ACTUA EN TI (Historia basada un hecho real)



A finales del invierno, del año que fue elegido como Papa un obispo americano, un joven estaba visitando una congregación luterana en su ciudad natal, juntamente con una pastora que había llegado de visita de lejanas tierras y que él estaba acompañando como traductor.
En la carretera, mientras el joven conducía su auto, conversaron sobre diversos temas, y uno de ellos fue, que él era originario de esa zona. A medida que se acercaba iba mostrando lugares y personas que conocía.
Al llegar a la Congregación, saludaron, se presentaron y empezó la reunión a la cual habían llegado. El trabajo se hizo con éxito, unas 40 personas adultas habían llegado para escuchar lo que la pastora visitante tenía que decir. 
Al finalizar la reunión, fueron a tomar un café juntamente con los trabajadores de la congregación.  Allí hablaron de diversos temas; de la nieve, del sauna, del país de origen de la visitante, del nuevo Papa americano recién elegido, etc. Después de haber tomado el café, el joven pregunta a la pastora: “A dónde quieres ir, o a conocer a mi padre”. La pastora respondió: “Vamos a visitar a tu padre”.
El joven dijo: está bien, déjame llamar por teléfono para ver si se encuentra en casa, no vaya ser que haya salido y no lo encontremos. Llamó a su padre, quien se encontraba en la casa y le anunció la visita. 
El Padre al saber de la visita de su hijo  acompañado de una mujer pastora de  un país  ese país, para él desconocido, inmediatamente quiso saber donde quedaba ese país y se que a consultar un viejo diccionario que no le ayudo mucho, porque no contenía mayor información. Con todo el Sr. Esperó a que llegaran.
A la llegada el padre muy amablemente recibió la visita, la pasó adelante y como estaba haciendo mucho frío y había caído mucha nieve, los visitantes empezaron a quitarse toda la ropa que les abrigaba y dejarla a la entrada de la casa. Desde el inicio el padre empezó a conversar y contar sus experiencias de vida, habló un poco con su hijo en su propio idioma, y luego sirvió un delicioso y humilde café, (mani, galletas, jugo navideño) . Todo lo hizo con gran amor y dedicación. La pastora estaba muy atenta, observando lo que el padre hacía y escuchando lo que decía, aunque no comprendía el idioma, esperaba que el joven hiciera la traducción. 
La pastora se dio cuenta de todo el esmero que este hombre hizo para hacer sentir bien a la visita. El era mayor de edad, de unos 81 años de vida, vivía solo porque había quedado viudo desde hacía 6 años. La casa estaba muy limpia, ordenada, decorada con buen gusto y sencillez y con bonitos detalles como un arreglo de tulipanes en la mesa de centro de la pequeña sala. 
La pastora se sentía tocada por el Espíritu que reinaba en ese ambiente, en la conversación de las tres personas: Padre, hijo y pastora. Finalizó la visita y empezaron los agradecimientos, al momento de la despedida, antes de irse, la pastora sintió del deseo de pedir al padre del joven que le diera su bendición para ella y su ministerio. Pero como hablaba diferente idioma, pidió al hijo que le dijera al padre que ella quería su bendición.
El hijo reaccionó inmediatamente, ese pedido le pareció extraño, y respondió “Dices tú que mi padre quien NUNCA ha bendecido NADA en voz alta... te bendecirá a ti, ahora?”, a lo que la pastora dijo: “no importa, tú dile”. El joven obediente hizo lo que le pedían, y… tremenda sorpresa.
El padre muy emocionado, a como pudo tomó un actitud de aceptación y empezó a expresar con mucha humildad pero con mucho sentimiento y sensibilidad, frases de bendición para la pastora.
El hijo quedó impresionado… mirando al lado cuando su padre estaba bendiciendo a la pastora, con una lágrima en sus ojos y – como él mismo dijo después – “con algo extraño en la garganta... como un nudo que le apretaba la voz”. 
En ese momento se abrió algo nuevo entre la relación padre – hijo. Una semana después de la visita, el hijo volvió a hablar sobre el tema con su padre, explicándole algo sobre la importancia de la bendición, y también mencionando lo importante que era para el hijo el hecho de oír a su padre bendiciendo a la pastora. Desde entonces, a veces cuando el hijo lo visita, el padre le bendice!
A veces necesitamos que Dios envíe personas desde otros lados del mundo para que podamos hablar cosas importantes de la vida. Personas quienes no saben nada de eso que “No hemos acostumbrado a bendecir unos a otros... o nosotros no hemos conversado mucho sobre esos temas” Sino que – con toda sinceridad – piden la bendición, y al hacer eso, rompen las malas tradiciones entre seres humanos. Somos realmente el cuerpo de Cristo, necesitando de los demás para que su gloria sea revelada a todos y a todas.
16 Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios, 17 que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. 18 Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. 19 Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios.
20 Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. 21 ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre! Amén. Ef. 3:16-21 DHH.https://mail.google.com/mail/u/0/images/cleardot.gif

Anssi Nurmi y
Blanca Irma Rodríguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario