EL ESPIRITU QUE NOS MUEVE
Hch. 2: 1-21
Pentecostés en la gran fiesta de la Iglesia. El libro de los hechos de Los Apóstoles, es el que nos testifica la acción reveladora y consoladora del Espíritu de Dios. Pentecostés viene del griego y significa quincuagésimo, debido a que aconteció 50 días después de la Pascua (Lv. 23: 15,16) Es la segunda de las tres grandes fiestas anuales de los hebreos (Pascua, Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos) Esta misma fiesta la conocemos con otros nombres: 1. Pascua, 2. Fiesta de la cosecha (Ex. 23:16) porque tenía lugar al final de ésta ala salida del año, y 3. Día de las primicias (Nm. 28:26) porque en esta fecha se ofrecían los primeros panes del nuevo trigo.
La Biblia nos narra la experiencia de los discípulos en esta fiesta. El Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad. Es conocido como el poder divino no creado sino creador trascendente al ser humano pero capaz de morar en el corazón y en el espíritu humano. Esto significa que el Espíritu de Dios participa plenamente de la vida y autoridad de Dios y también de la vida de todos y cada uno de nosotros los y las creyentes.
El Espíritu de Dios también lo conocemos por medio de símbolos como: aliento, viento, como paloma, como fuego y también como dedo de Dios). El ES se manifiesta a nosotros como persona: posee intelecto (IS. 11:2) emociones (Is. 63:10; Ef. 4:30) y voluntad (1Co. 12:11). Esto para que no lo veamos como algo ajeno y distante de nosotros. El ES nos revela de si mismo su personalidad a través de sus obras, pues nos enseña (Jn. 16:13), Guía (Ro. 8: 14), Consuela (Jn. 14: 26), intercede (Ro. 8:26) y manda (Hech.8:29; 13:2; 16: 6,7).
Muchas veces para referirnos a él, usamos pronombres personales tales como: él, me, y mi, esto presupones una personalidad (Jn.15:26; 16:13,14: Hch. 13:2) El papel del ES en la vida de Cristo en muy importante ya que fue él quien lo engendró en el vientre de María (Mt. 1:20; Lc. 1:35), Dios le proporcionó poder y autoridad para su ministerio (Mt. 12: 28; Lc. 4: 14,18).
El ES manifestó su poder a través de los apóstoles y a los discípulos quienes fueron llenos del ES el día de Pentecostés (Hech. 2:1-4) y con la autoridad del mismo testificaron ante gobernantes y el público en general (4:8,31), expulsaron demonios y sanaron enfermos (8:7; 19:12).
El ES fue el consolador prometido que ocupó el lugar de Cristo después de la ascensión (Jn. 14: 16ss; 15:26; 16:7ss). El ES, actúa en la vida de los creyentes de las siguientes maneras: los regenera (Jn. 3: 3-7); Ti. 3:5), los bautiza en el cuerpo de Cristo (1 Co. 12: 13; Ef. 1: 13;) Mora en ellos (Ro. 8: 9,11; 1Co. 6:19). Intercede por nosotros y nos ayuda en la oración (Ro. 8:26; Jd. 20:21).
La plenitud del Espíritu Santo, es una experiencia que todo creyente debemos buscar constantemente y que puede repetirse así como nos lo testifica el libro de Los Hechos. En nuestros días el ES. Quiere participar de nosotros, quiere que nosotros le permitamos ser templo y morada. El Espíritu de Dios nos llama a vivir y actuar con coherencia al evangelio de Jesucristo, a que sigamos el ejemplo del Buen Samaritano de ayudar al necesitado, de cuidar al enfermo proporcionándole cuidados, medicinas y lo más importante, el calor humano, hacerle sentir que no está solo, que lamentablemente si no le ayudamos más es porque no podemos y no por falta de voluntad, no por indiferencia.
El acontecimiento de pentecostés vuelve a realizarse ahora en Apóstoles de Cristo. La presencia de hermanas y hermanos que hablan otra lengua (alemán) no es motivo como para no llegar a un entendimiento. La torre de babel donde nadie se comunicaba porque no se entendían ha desaparecido.
La indiferencia es un sentimiento y actitud cruel que también mata, también destruye. El ES quiere que así como él se manifestó en comunidad, nosotros también nos mantengamos en comunidad, trabajemos en comunidad y vivamos en la verdadera comunión con Dios por Jesucristo, Señor nuestros. Amén.
Reflexión realizada por la Revda. Blanca Irma Rodríguez, el 08 de junio de 2003 en la comunidad Apóstoles de Cristo, en ocasión de celebrar el acontecimiento de Pentecostés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario